1. Hacer listas.
En nuestra era es casi obligatorio ser multifacético, ya que muchas personas tienen acceso a nosotros por infinitos medios tecnológicos. Al hacer muchas cosas diferentes se nos puede olvidar la prioridad de nuestras tareas, por lo que te recomendamos es hacer dos listas: La primera con las cosas que debes hacer en el día, y la segunda con todo lo que debes hacer en la semana.
2. Endulzar las críticas.
Sin importar tu profesión, en algún punto deberás hacer críticas y dar feedback a tus colegas. Te recomendamos hacer el metido de endulzar, es decir, partir por darle los cumplidos al equipo, luego exponer tu crítica de manera constructiva, y terminar con una nota cómica o esperanzadora. Las relaciones se conservarán mejor y no afectarás la productividad de tus compañeros al desanimarlos.
3. Primero los buenos modales.
Aunque te desenvuelvas en el entorno más casual del mundo, y sin importar la situación donde te encuentres, todas las relaciones de trabajo exigen elegancia y gracia, y el “por favor” y “gracias” son unos infantiles para todo lo que pidas o recibas.
4. Las dos “P”.
Prontitud (apremio) y Proactividad. Estas dos cualidades son esenciales para la gente que triunfa en su trabajo y en su vida. Debes estar constantemente pensando en nuevas soluciones, es decir, ser una persona proactiva, y al mismo tiempo rápida para tomar decisiones y ejecutar cambios.
5. Muérdete la lengua.
Este consejo es extraño pero extremadamente útil: Hay situaciones en las que sabes que tienes la razón sobre un tema, pero sin embargo siempre vale la pena morderse la lengua por conservar una relación de trabajo intacta. Siempre existe la posibilidad de arreglar las cosas en otro momento, uno de más calma, y tus compañeros admirarán tu autocontrol.
6. Tomar caminatas.
Este consejo también es extraño, pero las personas proactivas y exitosas generalmente toman sus breaks de trabajo mientras se mueven, el aire y el flujo sanguíneo ayuda atener mejores ideas y despejar la mente.
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