Para muchas personas el momento en el que suena el despertador para ir a trabajar es, de largo, el peor del día. Toca desperezarse, hacer un esfuerzo por levantarse y enfilar la férrea rutina que nos llevará, como autómatas, a nuestra oficina.
Hay muchas razones por las que nos cuesta salir de la cama, pero todas ellas tienen solución. No merece la pena empezar el día refunfuñando, pues arrastraremos la típica apatía mañanera durante gran parte de la jornada. Algunas de las cosas que puedes hacer para empezar el día con mejor pie requieren un esfuerzo. Pero merece la pena.
1. Duerme bien
Claro está, lo primero que debes hacer para levantarte con buen ánimo es pasar una buena noche. Las razones por las que dormimos mal son complejas, y hay muchas formas de combatir los trastornos del sueño, pero existen unos pasos esenciales que todos podemos dar:
- No tomes nada con cafeína desde la hora de comer.
- No bebas más de una caña o un vaso de vino por la noche.
- Mantén el dormitorio a una temperatura tirando a fría.
- No hagas ejercicio justo antes de acostarte.
- No uses el ordenador ni veas la tele durante la hora antes de ir a la cama.
2. Levántate siempre a la misma hora (también en fin de semana)
Independientemente del momento en que te acuestes es recomendable levantarse siempre a la misma hora. Nuestro reloj biológico necesita consistencia para trabajar correctamente, y los horarios alterados hacen que se confunda. No todo el mundo necesita dormir ocho horas, algunos necesitan más y otros menos. Si consigues despertarte al mismo tiempo, tu propio cuerpo te indicará cuál es el mejor momento para ir a la cama.
3. No retrases el despertador
Muchas personas acostumbran a dilatar el momento de salir de la cama retrasando la alarma de su despertador una y otra vez. Al final, acaban despertándose antes de tiempo sólo para poder retrasar lo inevitable. Esto es una estupidez, pues estás perdiendo horas de sueño verdaderamente reparador para ganar unos minutos de sueño fragmentado que sólo servirá para que estés más cansado. Si eres incapaz de no caer en la trampa, aleja el despertador lo suficiente para que no puedas andar retrasando la alarma.
4. Practica ejercicios de respiración
Un estudio de la Universidad de Oxford aseguraba que el pranayama, un ejercicio respiratorio propio del yoga, hace que aumente nuestra energía física, despierta nuestra atención y nos pone de buen humor. La forma más sencilla de hacerlo, tumbados en la cama justo antes de levantarnos, consiste en inhalar aire a través de la nariz, llenando nuestra barriga y pecho como si fuera un globo. Cuando estés completamente lleno de aire expúlsalo completamente, pero lo más despacio que puedas, también a través de la nariz. Es una técnica básica de relajación, pero, curiosamente, sirve también para que estemos alerta. Realiza el ejercicio entre seis y 10 veces.
5. Bebe agua nada más levantarte
Al dormir no podemos beber agua y el cuerpo se deshidrata. Si no tomas agua nada más levantarte la deshidratación puede hacer que te sientas perezoso y somnoliento. Nada más beber para calmar tu sed te sentirás más alerta.
6. Levanta la persiana
La luz es el principal indicador que utiliza nuestro cuerpo para saber que tiene que levantarse. Uno de los principales consejos de higiene del sueño consiste en dormir en una habitación completamente a oscuras, pero si lo que queremos es levantarnos debemos hacer justo lo contrario. Sube tus persianas nada más levantarte y te despertarás más rápido. La luz natural es lo mejor, pero si aún es de noche cuando amanezcas, al menos enciende una bombilla.
7. Haz ejercicio
El mejor momento para hacer ejercicio es nada más levantarse (incluso antes de desayunar). Hay un gran número de argumentos, tanto psicológios como fisiológicos o sociales, para planificar nuestra actividad física por la mañana pero, además, es lo mejor para desperezarnos y empezar el día con buen pie.
No hace falta hacer un enorme esfuerzo nada más salir de la cama, unas sencillas flexiones, una pequeña carrera de 15 minutos o, mismamente, salir a pasear al perro, es suficiente para que nuestro cuerpo se reactive.
8. Toma un desayuno rico en proteínas
La proteína que consumimos a primera hora se transforma en dopamina, un neurotransmisor que nos mantiene alerta. Desayunar embutido, pollo, legumbres, huevos, frutos secos e, incluso, pescado, no sólo es bueno para la salud, además hará que empecemos el día con mayor fuerza. Evita en la medida de lo posible los desayunos con muchos carbohidratos y azúcar, que harán que te sientas más perezoso.
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