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Chistes largos

La Capilla Wells Chapel y unos más…




Mientras disfrutaban de sus vacaciones en la campiña escocesa, la familia Perales descubrió una hermosa casa de campo a la que juzgaron ideal para pasar sus próximas vacaciones de verano.

El dueño de la casa resultó ser el Pastor de la comunidad, quien amablemente les mostró el lugar.

Tiempo después, la Sra. de Perales decidió escribir al Pastor pues no recordaba dónde estaba ubicado el W.C. (Water Closet o baño).

Su carta decía:

— «Estimado Pastor, soy la Sra. Perales; visité su casa el mes pasado con la intención de alquilarla para el verano próximo. Le envío estas líneas porque desearía que usted me describiera, más o menos, la ubicación y características del W.C., pues no puedo recordarlo».

Al leer la cara, el Pastor desconoció la abreviatura W.C., pero pensó que se trataba de una pintoresca parroquia de la comunidad llamada «Wells Chapel». Por este motivo la respuesta a la carta fue la siguiente:

— «De acuerdo a su pedido le informo que el lugar al que usted se refiere (W.C.) se encuentra tan sólo a seis kilómetros de la casa. Esa distancia sólo representa una molestia si usted desea concurrir con frecuencia pero cuenta con la ventaja de que puede acceder a pie o en bus. Este sitio tiene capacidad para cuatrocientas personas cómodamente sentadas y alrededor de cien paradas. Los asientos son de fino terciopelo pero conviene asistir temprano, de lo contrario podrá sucederle lo mismo que a mi esposa quien, más de una vez, tuvo que permanecer todo el acto de pie.

Quiero comentarle que al entrar, usted recibirá un papel, para utilizar en el interior pero deberá entregarlo al salir, ya que el mismo debe usarse durante todo el mes. Si no puede conseguirlo no se preocupe, pues se acostumbra a compartirlo con alguno de sus compañeros del lugar.

Existe un detalle que creo le interesará: todo lo que se deposita durante los actos es destinado al orfanato San Carlos de nuestra comunidad. Debo aconsejarle que acompañe siempre a los niños de corta edad pues la concurrencia suele ser numerosa y estos pueden perder sus lugares o perturbar a otros asistentes.

Ya es costumbre que haya fotógrafos que pueden sacar fotos en todas las posiciones. Las mismas habitualmente se publican en el periódico local para que la comunidad conozca a los asistentes a actos tan dignos como éstos».

Luego de leer la carta, la Sra. Perales no salía de su asombro y por supuesto, abandonó la idea de pasar sus vacaciones en Escocia.


 

¡Psicólogos!

— Cuente hasta diez, por favor — pide el psicólogo

— Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno.

— ¿Qué forma es esta de contar?

— ¡ Ah, perdone! es que estoy acostumbrado a contar así por mi anterior trabajo. Trabajaba en la NASA.

Entra otro candidato:

— Cuente hasta diez, por favor.

— Uno, tres, cinco, siete, nueve, diez, ocho, seis, cuatro, dos.

— Pero… ¿y por qué cuenta así?

— Lo siento, es que antes era cartero, y la fuerza de la costumbre… primero los impares de una calle y luego los pares.

El psicólogo, casi al borde de un ataque de nervios, manda pasar al tercer candidato.

— Perdone… ¿cual era su anterior empleo?

— Estudiante universitario.

— ¡Ah! bueno, ¿pues será usted capaz de contar hasta diez?

— Si, hombre! Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, SOTA, CABALLO Y REY !!


 

¡Estos Bomberos!

El Jefe de Bomberos está revisando una casa en la que acaban de apagar un incendio.

Recorriendo los restos quemados, ingresa a una de las habitaciones y de pronto observa con sorpresa que uno de sus hombres —todavía con piezas del uniforme sobre su cuerpo y hasta el casco colocado—, está en pleno acto sexual con una de las víctimas.

Absolutamente consternado por la falta de conducta de su hombre, el Jefe exclama:

— ¿Pero qué demonios pasa aquí!..????

El bombero, jadeando —pero sin abandonar su posición—, responde:

— Esta persona sufría de una severa sofocación producto del humo.

— ¿Por qué no le diste respiración boca a boca entonces??

— Así lo hice… cómo cree que comenzamos con esto??…

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